Paul Spinger, un granjero de Wisconsin (EE.UU.), cuida de animales con malformaciones para evitar que sean sacrificados. Empezó esta actividad en 1970, tras el nacimiento de una ternera con seis patas que se convirtió rápidamente en su mascota, y con la que se encariñó tanto que creó una granja para albergar a otros animales deformes.Cuando murió su ternera, Paul Spinger quedó tan triste que no quiso enterrarla; prefirió disecarla y donársela al museo Ripley, entidad dedicada a fenómenos científicos y rarezas animales. Y desde entonces ha criado en su granja un cerdo y un conejo con dos cabezas, un carnero con cinco cuernos y dos asnos que comparten una sola cabeza, entre muchos otros casos insólitos.
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