En Chulmleigh (Inglaterra), una gallina se ha transformado en gallo y, por ende, en la “jefa” del gallinero. El cambio de sexo, que no se da más que en un caso de cada 10.000, ha tardado dos años en realizarse y se inició cuando la gallinita empezó a convivir con sus congéneres.
“Como estaba rodeada de otras gallinas y había un solo macho, parece que decidió endosarse el rol de gallito”, cuenta Jane Howorth, quien se dedica a la cría en batería. Y a partir de entonces, a la gallina le empezó a salir una cresta en la cabeza.
Seguramente, el cambio se ha producido a causa de un problema en un ovario y consecuente exagerado aumento de testosterona, lo que habrá provocado la mutación de su otro ovario en testículo.
“Como estaba rodeada de otras gallinas y había un solo macho, parece que decidió endosarse el rol de gallito”, cuenta Jane Howorth, quien se dedica a la cría en batería. Y a partir de entonces, a la gallina le empezó a salir una cresta en la cabeza.
Seguramente, el cambio se ha producido a causa de un problema en un ovario y consecuente exagerado aumento de testosterona, lo que habrá provocado la mutación de su otro ovario en testículo.
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