Los cuidadores de Arava, una tortuga gigante del Zoo Bíblico de Jerusalen (Israel), estaban muy preocupados por ella porque estaba siempre sola y se la veía cada vez más triste. A sus 10 años, parecía condenada a quedarse soltera para siempre, pues, paralítica de sus patas traseras, no podía desplazarse y ningún macho se le acercaba. Así fue transcurriendo su vida, hasta que en el zoo le fabricaron una tabla sobre ruedas, al mejor stilo skate, que le sujetan a su estómago. “Arava llegó aquí hace unos meses. Tenía sus patas traseras paralizadas y se nos ocurrió equiparla con esta plancha metálica con dos ruedas para que pueda moverse”, explicó Shmulik Yedvad, responsable del parque.
El invento ha resultado todo un éxito: no sólo Arava va y viene a su antojo por el lugar, sino que además tiene un montón de pretendientes, sobre todo uno, de su misma edad, que va con ella a todas partes.
El invento ha resultado todo un éxito: no sólo Arava va y viene a su antojo por el lugar, sino que además tiene un montón de pretendientes, sobre todo uno, de su misma edad, que va con ella a todas partes.
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