Un tatuara de 111 años, reptil de origen prehistórico que sólo se encuentra en Nueva Zelanda, será papá por primera vez, tras haber recobrado su deseo sexual.
En efecto, Henry, una criatura de 60 cm de longitud y 1,2 kg, más parecido a un lagarto que a una serpiente, se había vuelto perezoso y gordo desde que llegó al museo Southland de Invercargill (Isla Sur).
“No mostró interés por el sexo hasta que le extirparon un tumor canceroso en la parte posterior de su cuerpo”, precisó Lindsay Hazley, curador del museo. “A su compañera anterior la mordió dos veces en la cola, pero tras la cirugía ha tenido un aumento de hormonas”, añadió.
Después de la operación, Henry se apareó con su "novia" Mildred, de 80 años, y se espera para dentro de seis meses la eclosión de los 11 huevos puestos por la futura mamá.
Los tatuaras son los únicos sobrevivientes del orden de los sphénodontias, muy numerosos 200 millones de años atrás, en la época de los dinosaurios. Las otras especies de esta categoría de reptiles desaparecieron hace 60 millones de años.
Para la próxima estación amorosa aún faltan ocho meses, pero a Henry ya lo han instalado con tres hembras más, así se van conociendo.
En efecto, Henry, una criatura de 60 cm de longitud y 1,2 kg, más parecido a un lagarto que a una serpiente, se había vuelto perezoso y gordo desde que llegó al museo Southland de Invercargill (Isla Sur).
“No mostró interés por el sexo hasta que le extirparon un tumor canceroso en la parte posterior de su cuerpo”, precisó Lindsay Hazley, curador del museo. “A su compañera anterior la mordió dos veces en la cola, pero tras la cirugía ha tenido un aumento de hormonas”, añadió.
Después de la operación, Henry se apareó con su "novia" Mildred, de 80 años, y se espera para dentro de seis meses la eclosión de los 11 huevos puestos por la futura mamá.
Los tatuaras son los únicos sobrevivientes del orden de los sphénodontias, muy numerosos 200 millones de años atrás, en la época de los dinosaurios. Las otras especies de esta categoría de reptiles desaparecieron hace 60 millones de años.
Para la próxima estación amorosa aún faltan ocho meses, pero a Henry ya lo han instalado con tres hembras más, así se van conociendo.
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