En Japón, la preocupación por la obesidad ha llegado también al mundo animal: los responsables del acuario del Kinosaki Marine World han decidido hacer seguir un régimen alimenticio a los delfines en vista de la disminución de su rendimiento en las piruetas acrobáticas.
Los espectadores que acuden habitualmente para admirar los saltos de los “artistas” han advertido que los delfines no alcanzan la misma altura que tiempo atrás.
“Actualmente los animales del acuario están un poco… gordos”, se queja uno de los cuidadores. “Pero –les defiende– pedimos a los visitantes que sean indulgentes con ellos, pues se están esforzando en perder peso”.
El problema está causado en parte por la alimentación, constituida sobre todo por caballas, pescado muy apreciado en Japón por su sabor intenso, pero muy rico en grasas.
“Estamos intentando que recuperen su peso ideal dándoles menos caballas o sustituyéndolas por otros pescados menos grasos”, explica el cuidador.
El acuario de Kinosaki ofrece espectáculos de delfines, otarios y otros animales marinos. Los japoneses disfrutan mucho de las exhibiciones de los delfines, a pesar de la matanza anual de millares de ellos en Taiji, fuertemente criticada en el extranjero.
Los espectadores que acuden habitualmente para admirar los saltos de los “artistas” han advertido que los delfines no alcanzan la misma altura que tiempo atrás.
“Actualmente los animales del acuario están un poco… gordos”, se queja uno de los cuidadores. “Pero –les defiende– pedimos a los visitantes que sean indulgentes con ellos, pues se están esforzando en perder peso”.
El problema está causado en parte por la alimentación, constituida sobre todo por caballas, pescado muy apreciado en Japón por su sabor intenso, pero muy rico en grasas.
“Estamos intentando que recuperen su peso ideal dándoles menos caballas o sustituyéndolas por otros pescados menos grasos”, explica el cuidador.
El acuario de Kinosaki ofrece espectáculos de delfines, otarios y otros animales marinos. Los japoneses disfrutan mucho de las exhibiciones de los delfines, a pesar de la matanza anual de millares de ellos en Taiji, fuertemente criticada en el extranjero.
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