En Kenia, los pastores masai de Kaiajdo vuelven a utilizar con sus cabras el olor, antiguo artilugio contraceptivo que garantiza que los nacimientos de estos animales no sean excesivos. Confeccionado con piel de cabra o un trozo de plástico, el olor se ata al vientre de los machos e impide que éstos se apareen. El pastor Ole Ngoshoi Kipameto explica que “se parece un poco a un delantal y las cabras pueden reproducirse cuando se lo sacamos, en la estación de las lluvias”. Sin el olor, la sequía no les permitiría a las hembras alimentar a sus pequeños, pues la escasa vegetación no sería suficiente y los animales correrían el riesgo de morir de agotamiento.
Otro pastor de la zona, Peter Ndirangu, señaló que más fácil que usar el preservativo sería mantener separados rebaños de machos y hembras, pero resultaría más caro, pues se precisarían dos pastores en lugar de uno.
Otro pastor de la zona, Peter Ndirangu, señaló que más fácil que usar el preservativo sería mantener separados rebaños de machos y hembras, pero resultaría más caro, pues se precisarían dos pastores en lugar de uno.
1 comentario:
creo nuestros artículos son mejores
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