Un equipo internacional de científicos expone en la revista Nature que el genoma del ornitorrinco, un extraño animal peludo de 40 cm, pico de pato, patas con membranas y cola plana, natural de Australia y de Tasmania, indica que es a la vez reptil, ave y mamífero.
Entre otras particularidades, el ornitorrinco nada con ojos, nariz y orejas cerrados y se guía por los receptores electrosensoriales de su pico para detectar los débiles campos eléctricos que emiten sus presas bajo el agua; pone huevos y amamanta a sus crías, aunque no tiene tetas y sus retoños chupan la leche que exuda su piel, como los marsupiales; su dermis está adaptada a la vida acuática y el macho secreta un veneno similar al de las serpientes.
“El genoma del Ornithorhyncus anatinus, como el animal, presenta una amalgama de características propias de un reptil ancestral y derivadas de mamíferos”, señalan los investigadores. “Algunos de sus 52 cromosomas, relativos a los caracteres sexuales, corresponden incluso a las aves conocidas bajo el nombre de ‘Z’”.
“Esta mezcla fascinante de rasgos en el genoma del ornitorrinco proporciona muchos indicios sobre la función y la evolución de todos los genomas de los mamíferos”, declaró en un comunicado el profesor Richard Wilson, director del Centro del genoma de la universidad de Washington (EE.UU.) y autor principal del estudio. “En efecto, si comparamos su genoma con el de los mamíferos, podremos estudiar los genes que se han conservado durante toda la evolución”, explicó.
La secuenciación del genoma del ornitorrinco, en la que participaron equipos de ocho países (entre otros, EE.UU., Australia, Francia, Inglaterra y España), se realizó en una hembra llamada Glennie, en Nueva Gales del Sur (Australia). En sus análisis, los científicos compararon su genoma con los del hombre, el perro, la rata, la zarigüeya y la gallina, y encontraron que el ornitorrinco comparte 82% de sus genes.
Entre otras particularidades, el ornitorrinco nada con ojos, nariz y orejas cerrados y se guía por los receptores electrosensoriales de su pico para detectar los débiles campos eléctricos que emiten sus presas bajo el agua; pone huevos y amamanta a sus crías, aunque no tiene tetas y sus retoños chupan la leche que exuda su piel, como los marsupiales; su dermis está adaptada a la vida acuática y el macho secreta un veneno similar al de las serpientes.
“El genoma del Ornithorhyncus anatinus, como el animal, presenta una amalgama de características propias de un reptil ancestral y derivadas de mamíferos”, señalan los investigadores. “Algunos de sus 52 cromosomas, relativos a los caracteres sexuales, corresponden incluso a las aves conocidas bajo el nombre de ‘Z’”.
“Esta mezcla fascinante de rasgos en el genoma del ornitorrinco proporciona muchos indicios sobre la función y la evolución de todos los genomas de los mamíferos”, declaró en un comunicado el profesor Richard Wilson, director del Centro del genoma de la universidad de Washington (EE.UU.) y autor principal del estudio. “En efecto, si comparamos su genoma con el de los mamíferos, podremos estudiar los genes que se han conservado durante toda la evolución”, explicó.
La secuenciación del genoma del ornitorrinco, en la que participaron equipos de ocho países (entre otros, EE.UU., Australia, Francia, Inglaterra y España), se realizó en una hembra llamada Glennie, en Nueva Gales del Sur (Australia). En sus análisis, los científicos compararon su genoma con los del hombre, el perro, la rata, la zarigüeya y la gallina, y encontraron que el ornitorrinco comparte 82% de sus genes.
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