En una actuación sin precedentes, Theo, un perro dálmata, fue citado por el juez Thomas Cassuto, en el marco de la investigación que éste realiza actualmente en Nanterre (Francia). Según parece, Theo fue el único testigo de la muerte de su dueña, una mujer viuda de 59 años, encontrada ahorcada en su domicilio en diciembre de 2005. Si bien al principio la policía creyó en un suicidio, la familia está convencida de que se trató de un asesinato, que alguien la estranguló y después la colgó. Como las dos autopsias que se le efectuaron a la señora no pudieron esclarecer completamente los hechos, el juez a cargo del caso decidió confrontar al animal con el principal sospechoso, el heredero universal de la fallecida.
“El objetivo del procedimiento pretendía aprovechar la memoria del perro de la víctima y, sobre todo, su capacidad de determinar si el sospechoso había sido agresivo con ella en algún momento”, declaró uno de los abogados de la parte civil.
Ante un veterinario especialista en comportamiento animal que registraba minuciosamente las reacciones de Theo y un escribano que certificó su autenticidad, el perrito olfateó una y otra vez al sospechoso y, a pesar de que le dedicó un par de ladridos, jueces y abogados coincidieron en que este tipo de testimonio no podrá ser utilizado jurídicamente.
“El objetivo del procedimiento pretendía aprovechar la memoria del perro de la víctima y, sobre todo, su capacidad de determinar si el sospechoso había sido agresivo con ella en algún momento”, declaró uno de los abogados de la parte civil.
Ante un veterinario especialista en comportamiento animal que registraba minuciosamente las reacciones de Theo y un escribano que certificó su autenticidad, el perrito olfateó una y otra vez al sospechoso y, a pesar de que le dedicó un par de ladridos, jueces y abogados coincidieron en que este tipo de testimonio no podrá ser utilizado jurídicamente.
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