lunes, septiembre 15, 2008

Musarañas alcohólicas




¿Quién puede tomarse el equivalente de nueve cervezas en una noche sin mostrar el menor signo de ebriedad? La hazaña, si se puede llamar así, la realiza una pequeña musaraña asiática, la tupaya o musaraña arborícola de cola plumosa (Ptilocercus lowii), que se alimenta del néctar fermentado producido por las flores de una palmera (Eugeissonia tristis). El sorprendente descubrimiento, publicado en la revista norteamericana Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) por un equipo internacional de biólogos, podría ayudar a comprender mejor el metabolismo del alcohol y, particularmente, los mecanismos de desintoxicación, que parecen ser extraordinariamente eficaces en este pequeño mamífero.
Todo empezó tres años atrás en una húmeda selva de la jungla malaya, cuando Frank Wiens, investigador de la universidad de Bayreuth (Alemania), notó el aroma especial exhalado por unas palmeras dotadas de largas inflorescencias. “Olía como en una cervecería”, explicó. De hecho, gracias a las levaduras presentes en sus flores, el árbol en cuestión produce un néctar que contiene hasta 3,8% de alcohol; es decir, casi tanto como la cerveza o la sidra. Es una de las mayores concentraciones hasta ahora observadas en un alimento natural.
Intrigados, Frank Wiens y sus colegas decidieron prolongar su misión y estudiar más de cerca a los animales que iban a deleitarse por la noche con este brebaje, al mismo tiempo que polinizaban las flores de la palmera, tal como hacen nuestras abejas y abejorros. Gracias a las cámaras de vídeo que instalaron para su observación, pudieron contar, además de multitud de insectos, no menos de siete especies de mamíferos: murciélagos, ratas, un pequeño primate (el lori perezoso) y dos musarañas. Una de ellas se reveló como la mayor bebedora de todos, y empleaba una media de 138 minutos por noche en atiborrarse de néctar. Los científicos calcularon que el consumo de alcohol de este animalito, reconocible por su larga cola terminada en un penacho en forma de pluma, alcanza o sobrepasa el límite legal de 1,4 gramos de alchol por kilo de masa corporal en tres días. Para llegar a este nivel de intoxicación, una mujer ha de beber, en promedio, nueve vasos de cerveza en 12 horas.
Al no poder realizar una medición de alcohol en sangre como las que efectúa la policía en calles y carreteras, los biólogos calcularon la concentración de etil glucorónido, un subproducto de la degradación del alcohol, en los pelos de la musaraña. El resultado fue 30 veces superior al nivel considerado como indicador de consumo excesivo en el hombre. Sin embargo, Franz Wiens y su equipo no observaron ningún síntoma de embriaguez en el pequeño mamífero.

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