Según publica la revista New Scientist en su último número, los monos machos parecen sentirse más atraídos por los juguetes considerados como “para chicos” (cochecitos, guerreros, etc.) que por muñecas o peluches. Son las conclusiones a las que han llegado los científicos norteamericanos del Centro nacional de investigación sobre los primates yerkes de Atalanta (Georgia), tras el estudio efectuado por el psicólogo Kim Wallen sobre 34 monos rhésus, y en el que éstos, sin ninguna influencia de su entorno social -contrariamente a los niños-, manifestaron comportamientos idénticos. El equipo del profesor Wallen situó a 11 machos y 23 hembras de entre uno y cuatro años frente a dos grupos de juguetes, uno de los cuales constaba de objetos con ruedas (carretillas, vehículos) y el otro, de peluches.
Los investigadores observaron que los machos pasaban más tiempo con los juguetes con ruedas, mientras que las hembras repartían el tiempo entre los dos tipos de juguetes.
Pero el profesor Wallen es prudente en sus conclusiones: además de que tal vez las hembras eran más curiosas que los machos y querían descubrir las dos clases de juguetes, otras características, como la forma y el color de los objetos, pudieron influenciar a machos y hembras; o quizá es que los machos prefieren juguetes que exigen mayor actividad física.
De todas maneras, los resultados de este estudio refuerzan los de la investigación realizada por la Dra. Gerianne Alexander, psicóloga de la universidad Texas A&M, sobre el mono vervet. Para ella, las diferencias de comportamiento entre los sexos empiezan desde muy pequeñitos, y luego las tendencias son “acentuadas por la sociedad”.
Los investigadores observaron que los machos pasaban más tiempo con los juguetes con ruedas, mientras que las hembras repartían el tiempo entre los dos tipos de juguetes.
Pero el profesor Wallen es prudente en sus conclusiones: además de que tal vez las hembras eran más curiosas que los machos y querían descubrir las dos clases de juguetes, otras características, como la forma y el color de los objetos, pudieron influenciar a machos y hembras; o quizá es que los machos prefieren juguetes que exigen mayor actividad física.
De todas maneras, los resultados de este estudio refuerzan los de la investigación realizada por la Dra. Gerianne Alexander, psicóloga de la universidad Texas A&M, sobre el mono vervet. Para ella, las diferencias de comportamiento entre los sexos empiezan desde muy pequeñitos, y luego las tendencias son “acentuadas por la sociedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario