miércoles, diciembre 24, 2008

Eso no se come


Científicos australianos esperan “educar” a los cocodrilos de su país a fin de disuadirlos de comerse los sapos venenosos que proliferan en el norte.
“Si se les brinda la oportunidad, los depredadores de Australia pueden aprender a no comer estos sapos”, declaró a la radio ABC Rick Shine, profesor de la universidad de Sidney. El sapo de caña o Bufo Marinus tiene en su cabeza numerosas bolsas que contienen un potente veneno, capaz de fulminar a un cocodrilo en pocos minutos.
El profesor Shin cree que si el cocodrilo no ingiere más que una pequeña parte del batracio, sólo se sentirá enfermo y aprenderá rápido a no tocar estos animales.
Los científicos están desarrollando un programa para alimentar a cocodrilos y lagartos con una preparación consistente en carne de sapo y un poco de veneno que los deje “completamente asqueados”.
Las primeras pruebas han resultado concluyentes y los saurios parecen haberse convencido de la necesidad de dejar al batracio fuera de su menú.
Originario de América central y de Sudamérica, el Bufo Marinus fue introducido en Australia en 1935 para erradicar las plagas de coleópteros que devastaban las plantaciones de caña de azúcar (más información en posts del 6/7/2007 y del 9/6/2008).