martes, octubre 07, 2008

Marche una cerveza


A partir de ahora, una yegua que solía ir con su amo a un bar para tomar una cerveza y comer unas patatas fritas tendrá que esperar fuera del local. Jackie Gray, dueña del pub del hotel Alexandra de Jarrow (South Tyneside, Inglaterra), acaba de remodelar el local y teme que su peculiar cliente estropee las nuevas alfombras. Según confiesa, ha tomado esta decisión de mala gana: “Aunque Peggy es mucho más limpia que algunos de mis parroquianos, me siento obligada a impedirle la entrada”, explica.
Hacía dos años que Peggy y su dueño, Peter Dolan, tomaban el aperitivo en la barra. Al principio, la yegua se quedaba a la puerta del bar, pero un día que la cuerda que la sujetaba resultó ser más larga que las otras veces, entró en el local y se acomodó junto a su propietario en la barra. Todo el mundo encontró la situación muy divertida, y desde entonces Peggy tenía su lugarcito reservado. Ahora, los clientes la extrañan y lamentan su ausencia.

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