El circo Olympic no pasa por un buen momento. Cuando hace diez días llegó a Raniganj (ciudad india a 175 km de Calcuta), nadie podía sospechar que una de sus elefantas, Savitri, iba a despertar con sus barritos una pasión tan incontrolable en un macho salvaje que andaba por las cercanías, que éste, tras derribar un cerco de protección, se metió en el establo de las elefantas y ayudó a Savitri a romper los eslabones de sus cadenas, tras lo cual huyeron juntos, ante los vanos intentos de los cuidadores para detenerlos. El dueño del circo, Chandranath Banerjee, no se resignó a perder las 400.000 rupias (casi U$S 10.000) que vale Savitri, y salió a perseguirlos. Estaban junto a un lago, haciéndose mimos, y en cuanto la elefanta los vio, anudó su trompa a la de su compañero, en un claro gesto de decisión y desafío. Los cuidadores tuvieron que volverse sin ella y, de momento, la feliz pareja sigue su camino.
Al señor Banerjee se le suman los problemas: la mejor amiga de Savitri, la elefanta Gayatri, extraña mucho a su compañera, está muy triste y no quiere comer, por lo que el circo ha tenido que cancelar todas sus funciones. No se sabe hasta cuándo.
Al señor Banerjee se le suman los problemas: la mejor amiga de Savitri, la elefanta Gayatri, extraña mucho a su compañera, está muy triste y no quiere comer, por lo que el circo ha tenido que cancelar todas sus funciones. No se sabe hasta cuándo.
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