Las palomas representan un grave problema en Venecia. Según el Departamento de Bellas Artes y Monumentos Históricos de la ciudad, los picotazos de las aves dañan seriamente el estucado exterior y la argamasa utilizada en la restauración de monumentos y edificios, y resulta muy caro eliminar los excrementos que depositan las palomas en ellos; además, también perjudican los cultivos de los alrededores. Por estas razones –y por el incesante aumento de la población de estos pájaros–, está prohibido alimentarlas fuera de la plaza de San Marcos, donde siguen proliferando los vendedores de sobrecitos de grano, que encuentran buenos clientes entre los millones de turistas que llegan de todas partes durante todo el año. De hecho, la venta de estos sobrecitos mueve toneladas de grano por mes, y su prohibición significaría grandes pérdidas económicas para ese gremio, por lo que la ciudad sigue permitiendo esta actividad y las palomas cada vez son más. Un estudio realizado recientemente calcula que estas aves le cuestan a cada veneciano un dólar diario, y ya no saben qué hacer, pues han fracasado los programas implementados para que haya menos, desde mezclar anticonceptivos en su comida hasta soltar halcones para, en palabras de Massimo Cacciari, alcalde de Venecia, “matar a las ratas voladoras”.
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1 comentario:
Hola, soy de Argentina, aca tambien existe este problema y apoyo al alcalde, hay que matar a las palomas, nos estan invadiendo y causan mucho daño, a la vez, traen muchas enfermedades, todo tiene un limite, la plaza de mi ciudad, parece un gallinero y por culpa de unos pocos ignorantes de proteccion a los animales, nos vamos a quedar sin arboles, estas , secan todo con sus deposiciones.
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