Listo como pocos

Estudios recientes demuestran la inteligencia superior de los cuervos. Alex Kacelnik, zoólogo de la Universidad de Oxford, observó en Nueva Caledonia (Oceanía), cómo un ejemplar cautivo se las ingeniaba para fabricar con un trozo de alambre un gancho con el que poder sacar un recipiente con comida que estaba en un tubo. Una investigación posterior reveló que los cuervos de Nueva Caledonia son los únicos entre 45 especies que utilizan herramientas en la naturaleza para, por ejemplo, conseguir alimento, o se las fabrican cuando no las encuentran.
Otro zoólogo, Bernd Heinrich, de la universidad de Vermont, demostró las distintas habilidades sociales de estos animales según su edad: para alimentarse de un cadáver, los más jóvenes graznan para atraer a otros y evitar así la confrontación con los cuervos adultos. Éstos, en cambio, van en parejas y guardan absoluto silencio para pasar inadvertidos.
Por su lado, el científico suizo Thomas Bugnyar descubrió que los cuervos pueden engañar intencionalmente a otros cuando observó cómo uno de ellos le hacía creer a otro que ciertos recipientes vacíos contenían trozos de queso para poder ir él a los que estaban llenos.
Un tercer campo de estudio que confirma la inteligencia superior de los cuervos es su utilización del sonido, pues los primeros resultados indican que cada familia desarrolla su propio dialecto para comunicarse en el grupo.
Todo esto que ahora se sustenta en la ciencia ya se conocía hace miles de años. En la antigüedad, el cuervo era considerado mensajero de los dioses, y se lo veía como una señal de sabiduría y prosperidad, guía de los ejércitos y con poderes para conjurar la mala suerte.