La reserva natural de Chengdu (suroeste de China) ha encontrado la forma de ahorrar los U$S 9000 que gasta por año para deshacerse de los excrementos de sus 60 osos pandas gigantes, unas 300 toneladas anuales. Tomando modelo del zoo de Ghiang Mai (Tailandia), donde desde hace algún tiempo fabrican postales con las heces de sus dos pandas, las autoridades de la reserva han decidido producir una amplia línea de productos destinados a los turistas que visitarán Beijing el año próximo con motivo de los Juegos Olímpicos. Así, los visitantes podrán ser felices poseedores de cuadernos, marcadores de libros, marcos para fotos, abanicos, ositos olímpicos, cuadros o esculturas con forma de panda, todo ello elaborado por artesanos locales con esta original materia prima, que, aunque no huele demasiado mal debido a que la alimentación básica del panda consiste en bambú, antes que nada es secada y esterilizada a 300 ºC.
Los precios de los souvenirs aún no están fijados, pero seguramente oscilarán entre los U$S 13 que costará un cuaderno hasta los U$S 130 que habrá que pagar por el cuadro de un panda gigante pintado sobre una tela hecha con sus propias heces. Desde luego, los más caros serán aquellos que incluyan un pelo de panda (que, aseguran, será extraído de forma indolora).
Los precios de los souvenirs aún no están fijados, pero seguramente oscilarán entre los U$S 13 que costará un cuaderno hasta los U$S 130 que habrá que pagar por el cuadro de un panda gigante pintado sobre una tela hecha con sus propias heces. Desde luego, los más caros serán aquellos que incluyan un pelo de panda (que, aseguran, será extraído de forma indolora).
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