Maximus es un enorme dogo presa canario de cinco años que acaba de ser
secuestrado por
Pascal, su dueño, y se encuentra actualmente en
paradero desconocido. Hace más de un año que el animal estaba en la perrera comunal de Ginebra (Suiza) por dictamen del
Tribunal Federal (la más alta instancia judicial del país), quien había suspendido la orden de
sacrificarlo emitida por el veterinario municipal en 2006, y esperaba los resultados de un estudio de comportamiento para
avalar o
desestimar la resolución de la ciudad. El moloso estaba
acusado de
empujar a una
niñita, de
morder a un
fox-terrier y de
mordiscar a un
policía. La orden judicial también estipulaba que si el perro seguía con vida, Pascal
nunca más podría volver a
ser su dueño. Este domingo pasado, Pascal aprovechó que las puertas de la perrera habían quedado
abiertas, y sin mayores trámites recuperó a su perro y lo escondió
nadie sabe en dónde. Según ha declarado al diario local
Le Matin, durante todo este tiempo iba
cada dos días a observarlo con sus prismáticos desde un bosque cercano a la perrera para cerciorarse de que estaba bien tratado. Pascal dice también que
no dejará que
maten a Max y hará lo que sea por él. Tiene la intención de llevarlo
clandestinamente a
Italia, país de origen del can, pues no quiere correr el riesgo de perderlo nuevamente. Ex delincuente, cree que tal vez sus antecedentes judiciales influyeron en el Tribunal para
condenar a Max, pero está convencido de que el perro es
inocente y explica que
gracias a él y a sus hijos ha vuelto al
buen camino. Ahora, ambos son
prófugos y la policía los busca. ¿Cómo terminará esta historia?
1 comentario:
Olé, Pascal! No pareces suizo... Claro que eres un gamberro.
Patxi, el Antisocial.
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