domingo, agosto 05, 2007

Hay que sacar un 10


Muy a menudo en dos patas, el suricato pasa mucho tiempo contemplando el horizonte. Este curioso animalito, cuyo nombre en swahili significa “gato de roca”, vive en el sur de África, en colonias de hasta 40 individuos, y es sumamente curioso y sociable. Pero lo que lo distingue de animales de características parecidas es su desarrollado espíritu didáctico, que hace que al llegar a la edad adulta se convierta en maestro de los más pequeños, a los que enseña cómo comerse un escorpión, una araña o un lagarto sin morir en el intento.Tal como señala un estudio publicado el año pasado en la revista norteamericana Science, es la primera vez que se observa en una especie que no sea la humana semejante capacidad para transmitir lo aprendido. Y no sólo a los hijos; los suricatos adultos inculcan sus saberes a todos los bebés de la colonia, sean propios o no. Según biólogos de la universidad de Cambridge (Gran Bretaña), lo más notable es la paciencia de los "maestros" en su tarea y, sobre todo, la planificación de la enseñanza por etapas: al principio, el pequeño se familiariza con los escorpiones mediante un ejemplar muerto; en una segunda instancia, el profesor le da a su joven alumno un escorpión herido al que le ha quitado el aguijón. La prueba final consiste en ser más hábil que el escorpión (listo para el ataque) y tragárselo sin hacerse picar.

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