Según un estudio británico-canadiense publicado en el Journal of Current Biology, el colibrí, minúsculo pajarito capaz de libar las flores en el aire, demuestra que no es necesario poseer un gran cerebro para realizar actividades complejas. Para llegar a esta conclusión, los investigadores siguieron la migración de tres colibrís machos en las Rocosas canadienses y midieron con cuánta frecuencia libaban ocho flores artificiales, la mitad de las cuales era provista de néctar cada diez minutos, mientras que las cuatro restantes lo recibían cada veinte. Los biólogos observaron que los pájaros volvían regularmente a alimentarse siguiendo el horario de cada flor, comportamiento éste único en un animal silvestre. Según Andrew Hurly, profesor de biología en la universidad de Alberta (Canadá) y coautor del estudio, esta capacidad puede estar relacionada con el hecho de que los colibrís, que pesan unos tres gramos, deben ahorrar fuerzas para efectuar una migración de 1500 km entre Canadá y México, y si volvieran a las flores que ya no tienen néctar perderían demasiada energía. “Queda demostrado que tienen más memoria de lo que pensábamos, y que aun con un cerebro 7000 veces menor que el nuestro, pueden combinar informaciones temporales y espaciales, lo que es algo muy sofisticado”, concluyó.
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