viernes, julio 20, 2007

Hasta que la muerte los separe

Maximus es un enorme dogo presa canario de cinco años que acaba de ser secuestrado por Pascal, su dueño, y se encuentra actualmente en paradero desconocido. Hace más de un año que el animal estaba en la perrera comunal de Ginebra (Suiza) por dictamen del Tribunal Federal (la más alta instancia judicial del país), quien había suspendido la orden de sacrificarlo emitida por el veterinario municipal en 2006, y esperaba los resultados de un estudio de comportamiento para avalar o desestimar la resolución de la ciudad. El moloso estaba acusado de empujar a una niñita, de morder a un fox-terrier y de mordiscar a un policía. La orden judicial también estipulaba que si el perro seguía con vida, Pascal nunca más podría volver a ser su dueño. Este domingo pasado, Pascal aprovechó que las puertas de la perrera habían quedado abiertas, y sin mayores trámites recuperó a su perro y lo escondió nadie sabe en dónde. Según ha declarado al diario local Le Matin, durante todo este tiempo iba cada dos días a observarlo con sus prismáticos desde un bosque cercano a la perrera para cerciorarse de que estaba bien tratado. Pascal dice también que no dejará que maten a Max y hará lo que sea por él. Tiene la intención de llevarlo clandestinamente a Italia, país de origen del can, pues no quiere correr el riesgo de perderlo nuevamente. Ex delincuente, cree que tal vez sus antecedentes judiciales influyeron en el Tribunal para condenar a Max, pero está convencido de que el perro es inocente y explica que gracias a él y a sus hijos ha vuelto al buen camino. Ahora, ambos son prófugos y la policía los busca. ¿Cómo terminará esta historia?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Olé, Pascal! No pareces suizo... Claro que eres un gamberro.

Patxi, el Antisocial.