Hace ya algún tiempo, investigadores americanos descubrieron que el amor hace cantar a los ratones machos cuando están en presencia de una hembra; no se limitan a emitir ultrasonidos sin vocalización, como se creía. Para ser calificados como canto, los sonidos deben tener diversidad silábica (multitud de sonidos distintos en lugar de uno solo repetido hasta el infinito) y cierta regularidad temporal, como un acorde repetido en una melodía o el estribillo de una canción. Este estudio, en el que se descodificaron los ultrasonidos mediante un programa informático para que fueran audibles al oído humano, demostró que los ratones machos de laboratorio cantan. Para el experimento fue analizado un grupo de 750 sílabas emitidas por un solo ratón macho durante 210 segundos y se determinó que el animal producía esos sonidos siguiendo un patrón, y no por azar. Resultados similares obtenidos con otros 45 ratones machos indicaron que estos roedores emiten una vocalización ultrasónica. “El análisis de estos sonidos ha demostrado que las vocalizaciones no son fruto del azar, sino que existe una coherencia y que se trata de cantos como los de los pájaros”, declaró Timothy Holy, profesor de neurobiología de la universidad Washington de St. Louis (Missouri, EE.UU.) y autor principal de la investigación. Si estudios posteriores llegan a las mismas conclusiones, los ratones formarán parte del pequeño grupo de animales que cantan ante un miembro del sexo opuesto, como los pájaros, las ballenas jorobadas, las marsopas o ciertos insectos.
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