Shirley Neely, directora del Santuario de las Tortugas de New Jersey (EE.UU.), ha decidido tomar una medida más que original para intentar solucionar los trastornos que el excesivamente cálido invierno que vive la región está causando en los pobres animales. Y es que de diciembre a marzo las tortugas necesitan una temperatura de entre 3 ºC y 7 ºC para poder hibernar en buenas condiciones, en lugar del clima casi primaveral que están teniendo que soportar hace meses. Por eso, la señora Neely ha trasladado a 75 tortugas del parque a su casa y las ha alojado en el frigorífico, donde gozan del frío adecuado para su hibernación. "Es mucho más fácil mantener un frío constante en la heladera que pedírselo a nuestro clima cada vez más cálido", razona. Y añade que todos los días abre la puerta del frigorífico para que entre aire fresco; medida suficiente para que las tortugas reciban el oxígeno que necesitan, ya que durante el periodo de hibernación respiran una vez por minuto.
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