sábado, marzo 08, 2008

El rey del acuario



Con sumo cuidado, Erfin Hongdoyo retira la tela negra que cubre su acuario y muestra su tesoro: un pez arowana rojo de 40 cm de largo. Este ciudadano de Yakarta (Indonesia) es el feliz poseedor de un Scleropages formosus, pez de agua dulce casi extinto en estado salvaje… y el más caro del mundo.
Más conocido como arowana “super red”, este animalito de cuerpo ondulante únicamente se encuentra en ciertos ríos de la isla de Borneo. Su cría, estrictamente reglamentada, sólo se desarrolla en Indonesia, Malasia y Singapur.
“Parece un dragón”, afirma el señor Hongdoyo. El “pez-dragón” se ha convertido en objeto de las especulaciones más extravagantes, pues ciertos especímenes cuestan más de U$S 55.000.
Hace pocos días se celebró en Yakarta una feria dedicada a los arowanas, en la que uno rojo se vendió por USS 20.000 y otro, también rojo, por U$S 22.100. Los criadores que asistían al evento constataron unánimemente un incremento en la demanda en China, Japón, Taiwán y en la India.
Para muchos chinos, poseer un arowana representa beneficiarse de los poderes míticos del dragón: salud, suerte, familia unida y negocios florecientes. Otros desean exhibir en su casa este símbolo de lujo como si se tratara de una obra de arte.
Esta “fiebre” ha propiciado la creación de granjas piscícolas especializadas, a veces cotizadas en la Bolsa y dirigidas por empresarios millonarios.
“La competencia está aumentando”, señaló Jap Khiat Bun, PDG de CV Maju Aquarium. “Actualmente, hay más de 200 criadores en Pontianak (Borneo), y muchos desvían el agua del río directamente hacia sus estanques".
Sin embargo, producir arowanas no resulta fácil. Hay que registrarse en el CITES, la convención sobre el comercio de especies amenazadas de extinción, y cada pez que se vende lleva un chip de identificación y se entrega con un certificado que garantiza que el animalito es, al menos, de segunda generación. Según Chris Shepherd, miembro de la ONG de defensa de la vida animal Traffic, existe mucho contrabando, pues los márgenes comerciales son muy elevados y hay mucha pesca ilegal. “La población está mermando rápidamente y yo no veo ninguna señal de disminución del comercio”, señala.
“Ya casi no quedan en su habitat natural”, confirma Laurent Pouyaud, genetista del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), “su área de distribución no llega a 100 hectáreas”. Además, el arowana, capaz de saltar a 1,5 m de altura, se captura fácilmente. “Se ven sus ojos brillar cerca de la superficie y se atrapa con una red de pesca”, explica.
Los criterios de máxima calidad de un arowana son sutiles. Ha de tener los ojos orientados hacia arriba, ambas barbillas paralelas y las aletas bien extendidas. Si, excepcionalmente, presenta sobre el lomo una hilera de escamas bien alineadas, es declarado "I Thiaw Long" y su precio se duplica. Los escasísimos arawanas albinos son más caros que los super red.
Como los caballos, hay arowanas de fama internacional, afirma el presidente del Club Arowana Indonesio, Stephen Suryaatmadja. El dueño del gran campeón Singapur 2007 (bautizado Oscar de la Hoya, como el célebre boxeador americano), rechazó una oferta de compra del valor de un Mercedes.
La locura por el arowana parece no tener límites y la inventiva de algunos estafadores, tampoco. Valga el ejemplo de los impostores que inyectan una hormona en los saltamontes con que alimentan a los peces para colorearlos de rojo.
Este pez se asocia con el prestigio y el poder: el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono acaba de comprarse un super red ; el ex dictador Suharto, por su parte, tenía uno llamado “arowana pensante”.

1 comentario:

Gasfiter al tiro dijo...

Arowana o Arawana, no importa el nombre pero el artículo es muy instructivo. Una pena que por una creencia la especie esté en peligro real.