
Mientras muchos niños desean fervientemente tener un perro o un gato como
compañero, Sambath Uno, un pequeño camboyano de siete años, prefiere pasar todo su tiempo con su amiga del alma: Chamreun, una
pitón de casi cinco metros de largo que un buen día, al poco de nacer Sambath Uno, apareció en su pueblo, Sit Tbow (50 km al este de Phnom Penh). El padre del niño intentó varias veces
devolverla a la selva, pero la fiel serpiente regresó cada vez al lado del bebé, hasta que la familia y los vecinos la tomaron como una señal de buena suerte y aprendieron a
aceptarla. Ahora, casi siete años después, es un miembro más de la familia.
El joven Sambath, que se niega a ir a la cama sin su fiel compañera, dice de ella:
“Quiero a esta pitón tanto como a mi hermana”. El cariño parece ser
mutuo, a pesar de que estos reptiles evitan a la gente a causa del miedo que les inspira.
El aspecto aparentemente
dócil de la pitón oculta su real poder, pues Chamreun, una de las serpientes más largas del mundo, puede infligir feroces
picaduras o matar fácilmente a una persona por
asfixia.
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