El periódico británico de la Royal Society publicó hace unos días un estudio que señala que los elefantes salvajes del Parque Nacional de Amboseli (Kenia) podían seguir el rastro de unos treinta miembros de su familia si olían su orina durante sus desplazamientos. Los elefantes pueden memorizar el olor de parientes que no han visto hace tiempo. Al husmear este olor durante la migración, reconstituyen mentalmente un mapa de los lugares visitados y de las distancias recorridas por su familia.
Esta teoría se vio reforzada tras un experimento que provocó una fuerte reacción de incomprensión en una elefanta que guiaba a su grupo, cuando ésta identificó a su paso el olor de uno de sus congéneres… que se encontraba detrás de ella.
Conocidos por su memoria, parece que los elefantes prefieren actualizar sus recuerdos en vez de almacenar datos antiguos.
El doctor Byrne, responsable de la investigación, declaró que se trata de una capacidad extraordinaria si se la compara con, por ejemplo, la de una madre humana, que en un lugar espacioso como un supermercado o una plaza, difícilmente puede vigilar a todos sus hijos al mismo tiempo.
Esta teoría se vio reforzada tras un experimento que provocó una fuerte reacción de incomprensión en una elefanta que guiaba a su grupo, cuando ésta identificó a su paso el olor de uno de sus congéneres… que se encontraba detrás de ella.
Conocidos por su memoria, parece que los elefantes prefieren actualizar sus recuerdos en vez de almacenar datos antiguos.
El doctor Byrne, responsable de la investigación, declaró que se trata de una capacidad extraordinaria si se la compara con, por ejemplo, la de una madre humana, que en un lugar espacioso como un supermercado o una plaza, difícilmente puede vigilar a todos sus hijos al mismo tiempo.
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