¿Quién necesita servicio doméstico teniendo a Connie en casa? Con sólo dos añitos, ella ayuda con la limpieza y el orden, el lavado de la ropa y se encarga de traer la compra del supermercado.Todo, por el módico pago de un cuenco bien repleto de comida para perro.
Cuando Hazel Carter, especialista en conducta animal y dueña de Connie, sufrió un ataque de artritis en la espalda que la paralizó, se dio cuenta de que no podía seguir realizando las tareas diarias caseras. Entonces pensó que podría enseñar a Connie para que la ayudara con el trabajo doméstico y no se equivocó: su preciosa y diligente terranova pone la ropa sucia en la lavadora, introduce una bola de detergente y con la pata gira el comando “on”. Al terminar el lavado, saca la ropa y la mete en la secadora. Hazel Carter sabe que puede dejar que Connie lo haga sola, pero la supervisa porque su ayudante aún no entiende bien que no hay que mezclar la ropa blanca con la de color. La perrita también sabe perfectamente el lugar de cada cosa y pone todo en su sitio cuando ya no se usa. Y cuando hace falta algo del supermercado, su dueña llama por teléfono y ella va a buscarlo.
“Realmente le encanta ayudar. Siempre está agitando la cola y algunas de las tareas ya las hace automáticamente. Ella misma va por su cuenco de comida a la hora de cenar y después lo guarda. Connie puede hacer muchísimas cosas, incluso desatar los cordones de mis zapatos si se lo pido. Es una ayuda invalorable para mí. Es una perra grandota, pero muy dulce”, explica, orgullosa, Hazel, quien está animando a otros dueños de perros a que enseñen a sus mascotas a echarles una mano.
Recientemente, la señora Carter dio una conferencia sobre conducta animal y Connie superó satisfactoriamente tres pruebas de obediencia. “Quiero intentar convencer a la gente que ha sufrido traumatismos o lesiones de que ellos también pueden hacerlo”, añadió. “Incluso solo un poquito de ayuda vale mucho”.
Cuando Hazel Carter, especialista en conducta animal y dueña de Connie, sufrió un ataque de artritis en la espalda que la paralizó, se dio cuenta de que no podía seguir realizando las tareas diarias caseras. Entonces pensó que podría enseñar a Connie para que la ayudara con el trabajo doméstico y no se equivocó: su preciosa y diligente terranova pone la ropa sucia en la lavadora, introduce una bola de detergente y con la pata gira el comando “on”. Al terminar el lavado, saca la ropa y la mete en la secadora. Hazel Carter sabe que puede dejar que Connie lo haga sola, pero la supervisa porque su ayudante aún no entiende bien que no hay que mezclar la ropa blanca con la de color. La perrita también sabe perfectamente el lugar de cada cosa y pone todo en su sitio cuando ya no se usa. Y cuando hace falta algo del supermercado, su dueña llama por teléfono y ella va a buscarlo.
“Realmente le encanta ayudar. Siempre está agitando la cola y algunas de las tareas ya las hace automáticamente. Ella misma va por su cuenco de comida a la hora de cenar y después lo guarda. Connie puede hacer muchísimas cosas, incluso desatar los cordones de mis zapatos si se lo pido. Es una ayuda invalorable para mí. Es una perra grandota, pero muy dulce”, explica, orgullosa, Hazel, quien está animando a otros dueños de perros a que enseñen a sus mascotas a echarles una mano.
Recientemente, la señora Carter dio una conferencia sobre conducta animal y Connie superó satisfactoriamente tres pruebas de obediencia. “Quiero intentar convencer a la gente que ha sufrido traumatismos o lesiones de que ellos también pueden hacerlo”, añadió. “Incluso solo un poquito de ayuda vale mucho”.
1 comentario:
Orale que interesante, kisiera tener un ayudante así jeje, saludos
Publicar un comentario