En un espectáculo sin precedentes, y como campaña publicitaria realizada para promover este deporte, diez de los mejores cow-boys americanos especialistas en rodeo mostraron su talento el pasado jueves en las calles de Manhattan (Nueva York, EE.UU.), ante una multitud de espectadores estupefactos.
Los organizadores de la exhibición habían llevado más de 100 toneladas de tierra y barro, que esparcieron frente a la estación de Pennsylvania para instalar una mini arena.
Con sus clásicos sombreros Stetson, zahones sobre los vaqueros y el marcado acento del sur de Texas o el norte de Montana, los cow-boys soportaron temperaturas de -10 ºC para poder mostrar su habilidad. Debían conseguir permanecer al menos ocho segundos a horcajadas sobre un toro de más de 1000 kilos de peso, que resoplaba furioso. Los puntos se atribuían en función de la calidad de la actuación.
“El frío no importa. Estamos en Nueva York, y eso es lo que cuenta”, manifestó Justin McBride, campeón mundial profesional 2007 de monta de toros. “Uno monta un animal que pesa una tonelada, no se le puede hacer parar soplando un silbato, y a veces eso es condenadamente difícil”, añadió.
Kasey Hayes, un cow-boy de 22 años de Kansas, fue desmontado por el toro antes de los ocho segundos reglamentarios. “Hace un poco de frío”, reconoció, ”pero cuando estás encima del toro te calienta la adrenalina”. Dijo que no sabía cómo este espectáculo, popular sobre todo en el oeste de los Estados Unidos, iba a ser percibido por los habitantes de Nueva York. “Siento mucha curiosidad, espero que les guste”, confió.
Edita Birnkrant, miembro de la organización Amigos de los Animales, calificó el evento de “patético y machista”. “Es tan ridículo ver esto en Nueva York”, declaró. “Es una farsa patética. Atormentan a estos animales y los hacen sufrir para ponerlos en este estado”, concluyó.
Los organizadores de la exhibición habían llevado más de 100 toneladas de tierra y barro, que esparcieron frente a la estación de Pennsylvania para instalar una mini arena.
Con sus clásicos sombreros Stetson, zahones sobre los vaqueros y el marcado acento del sur de Texas o el norte de Montana, los cow-boys soportaron temperaturas de -10 ºC para poder mostrar su habilidad. Debían conseguir permanecer al menos ocho segundos a horcajadas sobre un toro de más de 1000 kilos de peso, que resoplaba furioso. Los puntos se atribuían en función de la calidad de la actuación.
“El frío no importa. Estamos en Nueva York, y eso es lo que cuenta”, manifestó Justin McBride, campeón mundial profesional 2007 de monta de toros. “Uno monta un animal que pesa una tonelada, no se le puede hacer parar soplando un silbato, y a veces eso es condenadamente difícil”, añadió.
Kasey Hayes, un cow-boy de 22 años de Kansas, fue desmontado por el toro antes de los ocho segundos reglamentarios. “Hace un poco de frío”, reconoció, ”pero cuando estás encima del toro te calienta la adrenalina”. Dijo que no sabía cómo este espectáculo, popular sobre todo en el oeste de los Estados Unidos, iba a ser percibido por los habitantes de Nueva York. “Siento mucha curiosidad, espero que les guste”, confió.
Edita Birnkrant, miembro de la organización Amigos de los Animales, calificó el evento de “patético y machista”. “Es tan ridículo ver esto en Nueva York”, declaró. “Es una farsa patética. Atormentan a estos animales y los hacen sufrir para ponerlos en este estado”, concluyó.
1 comentario:
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