De amores y desamores

Petita está triste. Cualquiera de sus amigas, Tania, Yasmín o Motki, es mucho más solicitada por los machos del parque Terra Natura de Benidorm (Alicante, España) que ella. Y es que con sus escasos 2900 kg de peso, patas excesivamente largas y cráneo y mandíbulas muy sobresalientes, esta elefanta está lejos de poder ser considerada atractiva por sus congéneres del sexo opuesto, quienes la rechazan e incluso intentan agredirla de vez en cuando, particularmente Baba, el "guapo" de la manada. Por eso, Petita vive marginada y pasa mucho tiempo sola. Hace mucho, Petita se llevaba muy bien con Baby, otra elefanta de la manada, pero ésta la dejó cuando un buen día llegó al zoo Cita, con quien había crecido en un circo europeo y a la que reconoció inmediatamente después de 15 años de no haberla visto. Daniel Sánchez, biólogo de Terra Natura, recuerda el reencuentro de Baby y Cita como un momento de especial emoción: "El reconocimiento fue inmediato, tanto olfativo como visual, y bien sonoro, y desde entonces son inseparables, incluso de noche".

Pero ahora Petita tiene una nueva amiga: Kaisoso, que aunque cuando llegó de Birmania se reencontró con La Grande y Morno, dos viejas compañeras de su infancia, siempre le dedica parte de su tiempo.

"Está comprobado que los elefantes mantienen comportamientos sociales complejos y que poseen una gran memoria", manifestó el biólogo al explicar que cuando estas tres hembras se vieron de nuevo en el parque, mostraron "signos evidentes de un efusivo y cálido reencuentro".