Maurice Ascani, ex fotógrafo de prensa francés, llegó a Níger en 1968. Nunca más se fue de allí y sigue desde entonces muy de cerca la fauna en peligro. "Yo era fotógrafo de prensa", evoca. "No pensaba quedarme tanto tiempo. Pero descubrí la gente, el desierto, la fauna, y hace 40 años que digo y repito que hay que valorizar y proteger el patrimonio de este país".
A la cabeza de SOS Faune du Niger, este "nigerino blanco", mitad italiano mitad corso, pelea sobre todo por la supervivencia de los últimos y rarísimos addax, especie de antílopes de este inmenso país apreciado como terreno de caza por los emires del Golfo y los libios.
El addax, gran antílope de cuernos elegantemente retorcidos, es el símbolo de la ONG que Mauricio fundó hace casi cinco años para salvar lo que él llama "una verdadera arca de Noé", particularmente en el macizo de Termit (este), donde la Unesco evalúa su categorización como patrimonio del mundo. Recuerda cuando la región rebosaba de animales: "Hace 30 o 35 años, había manadas de elefantes a 50 km como mucho de Niamey, la capital. Eso se acabó", dice, y menciona el día en que se encontró cara a cara con un hipopótamo... en el jardín de su casa, a la orilla del río.
"Pasa lo mismo con el león", continúa, "hoy en peligro de extinción en África del Oeste. Había incluso en la sabana alrededor de Niamey". "Y qué decir del orix, ese gran antílope que ha desaparecido completamente en estado salvaje, a pesar de la convención CITES* de Washington, que lo había clasificado en Anexo 1 para su total protección desde 1983", prosigue, indignado.
También se acuerda, cuando la caza mayor estaba totalmente prohibida, de "oficiales que salían a cazar jirafas acompañados por varios carniceros. La carne terminaba en los mostradores de Niamey".
A lo largo de los años, SOS Faune du Niger se ha convertido en un impedimento para la caza. "Vienen con armas automáticas, gran cantidad de vehículos y gente y levantan sus tiendas protegidos por el ejército en rincones alejados de todo".
El Estado dispone de pocos medios para regular la caza. Queda la conciencia y el coraje de los agentes de Aguas y Selvas. "Nosotros no estamos contra la caza (prohibida entre 1972 y 1976), si se respetan las leyes y si las especies en extinción como el addax, el arruí, la avutarda, la pequeña gacela Dorcas o la gacela Dama, emblema del Once nacional de fútbol, están absolutamente protegidas", concluye Mauricio.
*CITES: Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
A la cabeza de SOS Faune du Niger, este "nigerino blanco", mitad italiano mitad corso, pelea sobre todo por la supervivencia de los últimos y rarísimos addax, especie de antílopes de este inmenso país apreciado como terreno de caza por los emires del Golfo y los libios.
El addax, gran antílope de cuernos elegantemente retorcidos, es el símbolo de la ONG que Mauricio fundó hace casi cinco años para salvar lo que él llama "una verdadera arca de Noé", particularmente en el macizo de Termit (este), donde la Unesco evalúa su categorización como patrimonio del mundo. Recuerda cuando la región rebosaba de animales: "Hace 30 o 35 años, había manadas de elefantes a 50 km como mucho de Niamey, la capital. Eso se acabó", dice, y menciona el día en que se encontró cara a cara con un hipopótamo... en el jardín de su casa, a la orilla del río.
"Pasa lo mismo con el león", continúa, "hoy en peligro de extinción en África del Oeste. Había incluso en la sabana alrededor de Niamey". "Y qué decir del orix, ese gran antílope que ha desaparecido completamente en estado salvaje, a pesar de la convención CITES* de Washington, que lo había clasificado en Anexo 1 para su total protección desde 1983", prosigue, indignado.
También se acuerda, cuando la caza mayor estaba totalmente prohibida, de "oficiales que salían a cazar jirafas acompañados por varios carniceros. La carne terminaba en los mostradores de Niamey".
A lo largo de los años, SOS Faune du Niger se ha convertido en un impedimento para la caza. "Vienen con armas automáticas, gran cantidad de vehículos y gente y levantan sus tiendas protegidos por el ejército en rincones alejados de todo".
El Estado dispone de pocos medios para regular la caza. Queda la conciencia y el coraje de los agentes de Aguas y Selvas. "Nosotros no estamos contra la caza (prohibida entre 1972 y 1976), si se respetan las leyes y si las especies en extinción como el addax, el arruí, la avutarda, la pequeña gacela Dorcas o la gacela Dama, emblema del Once nacional de fútbol, están absolutamente protegidas", concluye Mauricio.
*CITES: Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario