Las ranas desaparecen en invierno en el fango de estanques, riachuelos y otros lugares con agua, donde se hunden para resguardarse del hielo y el frío y entran en hibernación hasta la primavera. Así también evitan la temporada de escasez de insectos, su principal alimento, y no tienen que preocuparse por la comida. Pero en los países fríos, algunas de ellas van más allá del punto de congelación, fatal para los otros animales, y su cuerpo genera un producto que impide que el hielo dañe sus órganos. Resultado: hibernan durante el invierno, se congelan, se descongelan en primavera y vuelven a la vida como si no hubiera pasado nada.
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3 comentarios:
Estimada Ángels: mi nombre es Javier y soy lector de tu blog de hace un día. Me confieso estar totalmente cautivado por su contenido y su estilo. Rico en sensibilidad, humanidad, y sabiduría del corazón. A pasado a ser mi blog de cabecera. He enlazado mi blog: (http://ellibrodegeno.wordpress.com/),
con el tuyo. Y me he permitido hacer un post con parte de uno de los tuyos. Si me he precipitado, perdona, me ha arrastrado la emoción. No me extiendo más. Espero continuar disfrutando del regalo de tu blog por mucho tiempo. Te deseo lo mejor. Atentamente: Javier
Pues muchas gracias por tanto entusiasmo; y no me molesta que me hayas enlazado, al revés (yo ya he hecho lo propio contigo). La verdad es que me divierto mucho escribiendo en mi blog y a veces imagino que soy un animal escribiendo para otros. El hecho de serlo realmente ayuda bastante; y que a veces me comporte de una manera totalmente irracional resulta definitivo.
Espero que nos sigamos leyendo.
Eres tan encantadora como tus animales. Me ha gustado el comentario de Paco Ibañez. Escribes muy bien. Es un regalo haberte conocido. Te deseo lo mejor y muchas gracias por enlazarme. Sobre todo no dejes de escribir, aunque solo sea para mi. Te lo ruego. Un cordial saludo: Javier (Geno)
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