Algunas regiones de Bélgica amanecieron este domingo con varios centenares de visitantes inesperados revoloteando sobre las cabezas de sus sorprendidos habitantes. Más de 200 buitres famélicos llegaron procedentes de España en busca de alimento, ya que las autoridades de ese país han eliminado los muladares (espacios a cielo abierto donde los ganaderos depositaban los esqueletos de vacas, cerdos y corderos muertos), al aplicar una normativa sanitaria europea adoptada hace algún tiempo para evitar la propagación de la enfermedad de la vaca loca. Desaparecida su fuente de alimentación, los animales emprendieron vuelo y recorrieron 1200 km en pos del necesario sustento. El diario flamenco Het Laatste Nieuws ha publicado esta mañana un mapa que indica la localización de las carroñeras, lugares a los que han acudido desde muy temprano numerosos curiosos y ornitólogos aficionados para disfrutar del insólito espectáculo. También esta mañana, la asociación flamenca protectora de las aves ha depositado 200 kg de carne de cerdo en un campo próximo a Bruselas, con el objetivo de, según Jan Rodts, presidente de la entidad, “no solamente atraer a los buitres, sino permitirles recobrar fuerzas para regresar a los Pirineos”. En declaraciones al Het Laatste Nieuws, el ornitólogo Gerald Driessens ha estimado que esta iniciativa más bien podía incitar a las aves a quedarse en Bélgica. El tiempo (y el buen yantar) lo dirán.
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